sábado, 14 de mayo de 2011

Let Me Out!



Anoche descubrí un mundo donde hay más tías que llevan los pantalones caídos, donde una chica con calzoncillos mola, donde que la gente del mismo sexo esté comiéndose la boca no es algo fuera de lo común, y donde es raro ver a una pareja de heterosexuales. Donde te encuentras con los que cumplen todos los estereotipos y con los que no cumplen ninguno, y donde nadie te juzga con ojitos de diablo.

En este mundo, que se reduce a una sala a oscuras, con música a tope, de unos 300 metros cuadrados (3 salas cada una de dimensiones semejantes, si me apuras, distribuidas por el barrio) no es necesario cuestionarse, antes de entrarle a una tía, si será o no de las tuyas, no sientes las miradas de desaprobación que suelen provocar tus pantalones cuando los llevas bajos, no tienes la necesidad de desmentir lo que otros creen. "Lo siento, me van las tías" cuando se te acerca un chico. No es necesario. El mero hecho de estar ahí está demostrando una pequeña parte de lo que eres, aquella que a veces puede ser incómoda de recordar a según qué gente.

Ese mundo tiene unas banderas que solo puede poner de noche porque de día las queman. Los habitantes de ese mundo son, en general, rechazados por la sociedad, extraños en un mundo demasiado "normal", en algunos países considerados enfermos, en otros tratados como delincuentes.

No, yo nunca me he sentido rechazada por nadie desde que sé que me salgo de lo que está establecido como "normalidad". Mis amigos me siguen queriendo, hacemos coña con el tema, y nadie me ha pegado nunca una paliza por la calle. En el ambiente por el que me muevo la gente es abierta de mente, tengo esa gran suerte. Puedo tener un póster de dos chicas besándose en la habitación y saber que mi madre va a hacer ver que no se entera por no montar un show. Y a pesar de todo se que existe un gran colectivo de gente que nos desprecia, gays y lesbianas que mueren por sentirse atraídos por gente de su mismo sexo, lugares del mundo donde decir "amo a tal" está solo permitido si es alguien del sexo opuesto.

¿Qué coño les importa? ¿Qué coño le importa a la gente de quién te enamores? ¿Con quién folles? ¿Que lleves los pantalones caídos? ¿Con quién te beses?

Y lo que más me molesta a mi, a pesar de no acabar de tener relación exacta con todo esto... podéis dejar de comentar por la calle el hecho de que lleve los pantalones caídos? A ningún tío le han dicho nunca nada por ello. Y a mí, cada vez que subo a una bici me llueven las críticas de lejos. "¡Súbete los pantalones!" ¡GILIPOLLAS, que me gusta que me queden caídos, y ambos tenemos derecho a llevarlos a la altura que nos de la gana!

Esto no es exactamente una crítica a la homofobia. Es una crítica a todos aquellos prejuicios que no nos permiten ser como somos realmente, a toda aquella gente que se cree superior y que opina que puede decidir como ha de girar el mundo.

K.

1 comentario:

  1. De mí hoy se han burlado al grito de "la lesbiana esa" básicamente por rumores que hay y por mis pintas. Muy triste.

    (¡los pantalones caídos quedan de puta madre y más con culotte debajo! que quede dicho :D)

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