sábado, 7 de mayo de 2011

Después de todos estos años...


"Y alguien se pregunta si tal vez, tal vez, acabará algún día esta tortura"


Es Mayo y hace frío.
O tengo frío. Me he quedado fría, podrida por dentro, estúpidamente atrapada en mis propias pesadillas infantiles. Cada noche te crees que puedes, cada vez que empiezas te convences que lo vas a superar, que esta sí es la definitiva, y estoy harta. No, no me rindo, no me rindo nunca. Sólo me da rabia, me da tantísima rabia que no puedo soportarlo. Estallaría, destrozaría un mundo, reventaría fundas de cojín como cuando de pequeña me enfadaba y las mordía, cogería una bici y me iría al fin del mundo sin parar de pedalear hasta caer exhausta al suelo sin fuerzas para mover un músculo más la resta de la eternidad. O simplemente me echaría en la cama para quedarme dormida para siempre. Cada noche, después de un día malo, me repito que después de dormir todo será mejor y todo estará solucionado. Me gustaría poder dormir 30 años. Quiero vivir y a la vez no volver a abrir los ojos.
Y sobretodo, en noches como esta, me gustaría poder cortar cada parte de mi cuerpo en taquitos pequeñísimos y tirarlos al mar para que nadie los encontrara jamás, y desgarrarme la piel hasta que no me quedase sangre, hasta que no quedase nada, porque tengo un miedo atroz de quedarme toda la vida así.
Hay quienes llevan el colgante de alguien querido al cuello. Yo no puedo, Yo llevo el mío, con la esperanza de que algún día me sirva para ver quién soy. No sé si funciona o no, pero por lo menos confío en que sea algo que me ayude a no perderme.
Tengo miedo, hace frío, me pierdo, y quiero seguirlo intentando y tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo, TENGO MIEDO!
Odio el puto mes de Mayo.

K.

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