lunes, 30 de mayo de 2011

Dear Mr President


Hoy una chica de mi clase nos ha contado la paliza que les pegaron a ella y a su hermana el sábado pasado. Estaban en la calle Pelayo, junto a plaza Catalunya, habían pasado por el centro de los indignados después de celebrar el Barça, y se habían separado. 
Uno de la secreta la paró y le dijo que se fuese a casa, que cargarían. Ella le dijo que no, que había perdido a su hermana (15 años) y que no pensaba irse sin ella. La siguió buscando hasta que empezaron a cargar, y ella echó a correr. Le dieron en la pierna, se escabulló por un callejón, y paró a respirar. Dos furgones se le pararon delante, y se cagó de miedo. Corrió de nuevo, le dolía la pierna, y se paró en un portal, hecha una bola, temblando, viendo como cientos de botas se paraban junto a ella. La zurraron a porrazos lo indecible, hasta que un borracho empezó a meterse con ellos y ella salió corriendo de allí. 
Subió hasta Gran Vía, donde se encontró con su hermana, y ambas se sentaron en un banco a respirar un poco de aire fresco. Paradas, sentadas, gente alrededor, pero no demasiada. Pasa un furgón policial por detrás, la chica coge de la mano a su hermana "no te muevas, que después de lo de pelayo como movamos un músculo nos matan". El furgón se paró tras ellas. Cuando giraron la cabeza ocho pistolas asomaban por las ventanas. La mayor tiró a su hermana al suelo en cuanto empezaron a cargar. Ocho antidisturbios salieron a por ellas, las empezaron a pegar con las porras de plástico, la pequeña empezó a llorar "quiero irme a casa, quiero irme a casa, no puedo más". Lograron levantarse y la mayor le pegó un empujón antes de girarse a decirle al de más cerca "Hijo de puta, que tiene quince años!". Él la miró. "Corre, puta. Corre que te matamos!"

Hasta que he oído esta historia no me he creído realmente que pudiesen haber cargado tan cruelmente contra la gente, ni el viernes ni el sábado. Me la ha tenido que contar una compañera de clase tres veces para creer lo que le pasó, para creer de verdad que la policía en este país realmente funciona así. Es vergonzoso. Una cría que tiene diecisiete años, que es menor, que no llega al uno sesenta y no debe pesar más de 45 quilos, apaleada por OCHO hombres que por lo menos le sacaban dos cabezas cada uno. Es penoso.

K.

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2 comentarios:

  1. ¿Te importaría que cogiese la anécdota para rularla por tuenti? me gustaría que la gente se concienciara un poco

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  2. coge, coge, tienes razón, la gente tiene que ver lo que pasa. Te aseguro que es un testigo verídico y que esta chica no es de las que se inventaría una historia así.

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