sábado, 4 de junio de 2011

Broken Strings


"Hoy mi madre me ha llevado a la dietista, y la estúpida de la enfermera me ha dicho que soy una gorda, que haga una dieta de 15 días porque ahora mismo no me doy cuenta de lo infeliz que soy siendo gorda, pero en cuanto adelgace veré que era una desgracaiada. Y no, no me da la gana, si adelgazo seguiré siendo igual de feliz porque seguiré siendo yo. Qué me va a decir esa puta anoréxica, que ella es feliz contando las calorías que ingiere a lo largo del día? Venga va, yo como lo que me da la gana y cuando me da la gana, tengo el mejor sexo del mundo y soy feliz con los amigos que tengo. Para qué coño he de hacer una puta dieta que me va a matar de hambre? Pretenden que desayune un bocadillo, coma lechuga y cene una manzana!"

C, eres la persona que más admiro en este mundo. Es bestial como eres capaz de sudar olímpicamente de los comentarios de tu familia o de la médica esa, cómo te rebelas a caer en las trampas del primer mundo, cómo sigues pudiendo comerte un helado sin importarte lo que vayan a decir.
Hoy he llegado a casa a las 3. "Hay arroz y pescado de anoche". "Comeré arroz, gracias". "Mejor que te comas el pescado". "¿Por? Me apetece más el arroz, el pescado está soso". "Es mejor para tu salud. Engorda menos. Y alimenta más".

Si yo hubiese sido tu hubiese cogido el helado del congelador y me hubiese sentado delante de mi madre a comermelo delante de sus narices. O por lo menos me habría llenado el plato de arroz y hubiese comido en el comedor mientras ella hacía la siesta. Pero yo no soy tu. Así que he tirado todo el arroz de nuevo a la sartén. Y me he comido medio pescado.

K.

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