Lloraría, pero creo que ya hubo bastante ayer. Está bien tener un día de luto. Uno. Dejar que la pena te invada 24 horas, llorarlo todo, limpiar el alma. Y una vez acabadas las 24 horas, seguimos adelante. Reímos y decimos "joder, vaya putadón.... justo a mi me tenía que pasar!" y seguimos, y reímos, y aunque a ratos perdamos la mirada en el horizonte y una canción nos haga resbalar una lágrima el día de llorera ya acabó y no servirá de nada seguir llorando.
Ahora tengo las cosas un poco más claras. Chica de la ventana, puedo despedirme de ti con una sonrisa limpia. Tu no dueles. Eres como un pinchacito cuando lo pienso, pero una sonrisa al fin y al cabo. Es otra la que hace daño. La que juega a mandar, la que me ata a su juego, y me estoy cansando de jugar.
Venga, que aunque ahora no vayamos bien... vamos a ir bien, sí, lo sé, el principio es la mitad de todo, y estamos empezando con buen pie.
Y... progresamos
K.
No hay comentarios:
Publicar un comentario